la loba insaciable

La palabra es indómita y viajera. La palabra es calma y sedentaria. Remueve y transmite. Consolida y da goce. Puedes mostrarte dócil con ella, también exigente. Si renuncias a sus pretensiones te abandonará. Si entras en su dinámica imparable te pedirá más. Como una loba que no se sacia nunca te lanzará su aullido. Sáciate o perece, oirás que te dice. Pero la disyuntiva es extrema y, como tal, improbable. Nunca te colmarás con ella. Pero si no lo logras tampoco será tu muerte. Como sucede con todos los descubrimientos, la palabra se mira en su propio espejo. No dejes que te confunda. En ocasiones creerás que te debes a ella. Pero es ella la que mama de tu esencia. La palabra no viviría sin el hombre. Y el hombre podría aprenderlo todo de nuevo con sus vagidos.