Plegaria onírica



Perturba mi noche
y apodérate de mi sueños.
¿No ves acaso que mi resistencia
cede ante el vuelo que improvisas?
Hazte presente y evoca los días gozados.
Descúbrete y envuelve con tu desnudez
mis ojos turbios
que no dejan de sentir la sal sobre tu piel.
Permanece oferente con tus silencios
a través de los que yo penetro
incisivo y audaz hasta tu cella.
Apacigua mi alma en rebeldía.
Dota de calor a este hombre
que perece y se eleva cada noche
entre tus manos
imprescindibles.



(Foto. Ignacio del Río)

Posición



Al erguirte me yergues
y una danza de los dedos
y la música de mi boca interpretando
susurros
y el corte cenital de tus dientes
sobre mis pezones emergentes
y el rozamiento que intercambia calidez  
hasta nadar en su humedad
cada impulso 
hace que nos desplomemos
no como muertos repentinos
sino como orugas fabricando el tejido
de los días
en su tierna viscosidad.



(Foto. Ignacio del Río)