Al borde




No caer, sentir
que la sombra de ti mismo
no ha podido robarte tu sombra grande
la sombra madre
de la que te nutres sin edad
con una ácida sonrisa inerte
y de donde te sujetas ya sin placidez

no puede con ella el violento desdén
de ese espectro pequeño que se revuelve aún
en el desván de tus sueños
no puede con las sombras que gravitan
y te desdibujan un día tras otro
sin que logres detener su mano voraz

No caer antes de...¿antes de?
Como si acaso hubiera una caída programada
confías una vez más en los días y temes
nuevamente la noche que te engulle
y tu disolución por sorpresa

por sospecha




(Foto. Michael Ackerman)