Te oigo y sé
que eres tú
por cómo te desplazas delicada
e invisible junto a mi sombra
y escucho un silabeo
ven al silencio dices
o murmura por ti el viento
con mirada húmeda
ven a este espacio en que nada prometo
y déjate caer
como una línea repentina
sobre un papel con trazos destrazados
ven a tu disolución en mi costado
hasta esta cálida raya
donde tus palabras
me dices
se convierten en latidos que nos estuvieron esperando
en otras vidas
y sólo escuchamos un goteo
úntate
susurras
que se nos vaya la sangre más dulce
a través de la cruz de nuestros cuerpos
(Foto. Itou Kouichi)