Sé de ti
desde aquella mirada que retuve
(alivio de la tristeza de mis ojos)
también por tus dedos
que se enzarzaban en la hojarasca de mis cabellos
para asomarme a tu rostro
(destino final tu húmeda sonrisa)
¿quieres oir también que aún mis labios
conservan la textura de la afinación
de tus pezones?
(sublime alzamiento urgiéndome a desdoblar la boca)
¿o cómo perecí
en la libación de una copa
que no dejaba de llenarse?
(compartiendo mi brindis, agostándote conmigo en la caída)
Extensa y calinosa:
aún saboreo tu tierra
y sueño entre los espacios de su profundidad.
(Foto. Mona Kuhn)