Repente






Desde cada lado de la noche
tus dedos y los míos
rozan
         traviesos
nuestros sueños.

No sé quién de los dos
sumerge al otro
         en la voracidad
de la añoranza.

Despierto de pronto con la boca
húmeda
         nombrándote.




(Foto. Bill Brandt)

Permanencia






Sé de ti
desde aquella mirada que retuve

(alivio de la tristeza de mis ojos)

también por tus dedos
que se enzarzaban en la hojarasca de mis cabellos
para asomarme a tu rostro

(destino final tu húmeda sonrisa)

¿quieres oir también que aún mis labios
conservan la textura de la afinación
de tus pezones?

(sublime alzamiento urgiéndome a desdoblar la boca)

¿o cómo perecí
en la libación de una copa
que no dejaba de llenarse?

(compartiendo mi brindis, agostándote conmigo en la caída)

Extensa y calinosa:
aún saboreo tu tierra
y sueño entre los espacios de su profundidad.



(Foto. Mona Kuhn)

Saberes






Mientras te rompes
              y me rompo
y nos asombramos de nuestro ruido
confluyen dos cauces
              dos torrentes que se desbordan
      se regustan
pero ambos entendemos
                            que nada se ha hecho añicos
que esta partición tiene tanto
de intercambio
               bajo la superficie de su tránsito
vertical e inverso
que nos hace saber
(en sus dos acepciones vigorosas)



(Foto. Anders Petersen)

Penetrante




Descenderé hasta tu cáliz
desde donde creces envuelta
en pétalos de rocío
y no saldré jamás de su aroma de primavera
sino para dejarme cubrir
como amante irrenunciable
por tu honda mirada.



(Foto. Leonard Nimoy)